Cuando lleguen las plagas [que llegarán],
cuando el futuro deje de oler a cerrado
y el pasado a naftalina.
Cuando te detengan a ti, político,
retirado e indefenso, desnudo ya de inmunidad
y preñado de vergüenza [al menos deberías].
Cuando vuestros aplausos, vuestras ofensas,
vuestra boca impertinente y vacua,
no merezcan ser ni recordados [aunque formen la parte pésima de la historia].
Cuando vuestra Esperanza aprenda a contar
y a decir lo que realmente se debe. [Nuestra esperanza siempre será
más fuerte].
Entonces, mirad las calles y recordad estas palabras:
La revolución es un puño que se extiende,
como un reguero,
cada vez que una mano
aprieta otra mano.
Jorge Ortiz Robla