sábado, 20 de abril de 2013

SYLVIA P. [publicado en BCN MES]


Texto publicado en la revista BCN MES nº 21 ¡madre mía! (en issuu, o en las calles de Barcelona, página 10)

SYLVIA P.

I
Mi madre se llama Sylvia.
     Mi hermano Nicholas y yo, durante años lloramos su muerte, pero ella sigue llamándose Sylvia.

II
La madres mueren ¿Sabes?, dicen que es una ley natural, que sobrevivir a los hijos es un estado dramático. Dicen, claro está, desde el punto de vista de las madres, las que sienten que cuando un hijo se muere, se les perfora el alma, y el útero y el corazón se aplanan, se vuelven como piedra, un elemento inerte, inmoldeable.

III
Mi madre se llama Sylvia. Nació en Boston, en Jamaica Plain. A los ocho empezó a escribir poesía. Años después, durante aquel febrero frío del 61, tuvo un aborto. Debe de ser duro tener un aborto, imaginar la vida de tu hijo muerto, sin ni si quiera haberle visto los ojos. [Todas las madres desean ser las primeras en ver abrir los ojos a su hijo, como si la imagen inaugural que se refleja en la retina del vástago, se quedase a modo de instantánea, grabada en su cerebro].

IV
Mi madre se llama Sylvia, Sylvia Plath, una noche de otro febrero frío [El invierno siempre llevó su cuerpo hacia la catástrofe] tras acostarnos, besarnos la frente, desearnos descanso, sellar concienzudamente la habitación de nuestro cuarto y dejar preparada la leche para el desayuno, decidió cocinar su cabeza dentro del horno [morir también es una arte], ese fue su amor de madre.

V
Sobre su tumba en Heptoustall, hay un corazón de piedra, el mismo que el tiempo forjó dentro de sí.

JOR#

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