Se durmió, sin saberse dormida, se durmió.
Se cortó el aire
y el érase una vez se encalló entre
las yemas de sus dedos.
Ahora descansa como el niño que encontró el mar y el resto
lo creyeron muerto.
Ahora descansa como la dueña de “Pipa” que cedió ante las
fiebres de malta.
Ahora descansa pero imagina que escribe.
JOR#14
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