Soy una modelo, voy drogada
pero me da igual.
Me prefiero a las pobres prostitutas con su ropa de Bershka,
las mismas que en verano desnudaban su carne
marcada a base de tanga y Diazepam.
[Aún tengo la presión del vómito en los oídos,
el destellar del flash en la retina
que al principio ciega
y no deja ver la luz del otro lado de la puerta.]
Soy una modelo, voy drogada,
pero me da igual.
Porque he sentido el llanto de una niña con tacones y tabaco,
y más miedo que grasa
en cada centímetro de su cuerpo.
Porque he quemado mis portadas
como si fueran gasolina
y lo he bebido,
y lo he esnifado todo
para rellenar esta jodida sensación de ausencia
que no me deja reír.
JOR#
[De historias del humo]
No hay comentarios:
Publicar un comentario